Prometedor... futuro ciertamente prometedor...
Las mujeres que en la actualidad son feas tienen dos grandes puntos a su favor en la batalla por ser bonitas y agraciadas, o por lo menos en cuanto a la posibilidad de tener igualdad de condiciones con las mujeres bonitas y sus aseguradas ventajas en el campo afectivo, social y laboral...
En primer lugar, la belleza es un concepto que también se define por la diferencia y por la sorpresa de la novedad. Es decir, si pocas mujeres tienen ciertas curvas, cierta altura, cierto color de ojos y cierta sonrisa, entonces los hombres quedamos medio idiotizados frente a ellas. Pero, en la medida en que más mujeres busquen y logren ser bellas dentro de los parámetros sociales, la belleza comenzará a estandarizarse, y eso nos va a terminar aburriendo...
Hoy día, cumplir con ser bella es cada vez más fácil pero más cruel y arriesgado. Gimnasios monstruosos; instructores personales; dietas; píldoras; fórmulas; lipoesculturas e implantes que se toman los mercados, y que dejan los estándares de belleza occidental al alcance de lo que ustedes niñas puedan tener en el bolsillo, y de la decisión que lleven en el ego, pues ahí está el cirujano plástico y, magia, problema solucionado... o por lo menos la promesa está vigente... y eso atrae a cientos de niñas a intentar librar la batalla por ser bellas y deseadas...
Así que, feitas (y ahí viene aquello de no hay mujeres feas sino bellezas extrañas; o mujeres no feas, sino mal arregladas; viene también decir que bellas según unos parámetros cerrados y absurdos que llevan a cientos de mujeres a la depresión, la bulimia, la anorexia y otros males, sólo por la soñada belleza dentro de los estándares. El punto es que no hay absoluta fealdad, y mientras sea cuestión del punto de vista y de los imaginarios, señoritas, hay esperanza...), paciencia y ánimo, que los estándares se saturan y cambian, y con ello la belleza que poseen será resaltada y puesta a mayor consideración... sino me creen recuerden que el Renacimiento realzaba una belleza más rolliza, de caderas más anchas y estaturas no tan pronunciadas. Tan sólo esperemos que no tengan que esperar mucho para que los ideales de lo bello y lo sublime se modifiquen...
En segundo lugar, piensen que tienen a un maravilloso aliado de su lado: El tiempo...
La belleza de los cuerpos es efímera, ilusoria; desaparece lenta pero incesantemente en cualquiera que se llame humano, y lo único que queda de hermoso es el alma... esa que las mujeres desluciditas, por perder menos el tiempo frente al espejo o en vanos narcisismos, logran cultivar en un porcentaje mayor que muchas mujeres lindas (sucede con frecuencia, no siempre...).
Y el tiempo estará del lado de ellas, las feas, cuando a eso de los 35 a 45 años las cosas se igualen de manera considerable; cuando la belleza se pierda entre las arrugas. Es en ese en ese espacio temporal donde comienza a importar más lo que se siente, lo que se cree, lo que se piensa y lo que se es, sobre lo que aparenta el pellejo que nos recubre y que se gasta implacable en cada paso...
En todo caso tendrán que tener paciencia. Es más, puede ser que sean sus hijas feitas, gorditas, muequitas y desproporcionaditas las que en un futuro conquisten a los hombres y recojan el cultivo de una sociedad donde la belleza es un producto y vende, donde todas las modelos de ciertas regiones se tienden a estandarizar, donde los nuevos movimientos de la estética ya nos dejan apreciar bellezas exuberantes y misteriosas en nuevos estilos todavía no muy aceptados y divulgados; donde, sencillamente, nos mamaremos de lo mismo y volcaremos a mirarlas a Uds., por más feitas que ahora parezcan...
De cualquier modo la esperanza está latente, y mientras la sociedad se satura o el tiempo hace lo suyo, un último aviso...
Hagan las cosas suceder, no esperen a que lleguen de la nada. Aprovechen sus virtudes y explótenlas, no se queden quejándose y cultivando aquello que la naturaleza les negó desde chiquitas, y más bien aprendan aquello en lo que son afortunadas (porque mamá naturaleza castiga pero es sabia: compensa por algún lado...): actuación, lenguajes, viajes, escritura, música, deporte, y toda cosa con la que puedan explotar esa belleza interna que es tan importante...
Si tiene algo de verdad esa frase que mi madre dice: “La gente se convierte en lo que es”, entonces el ser bellas y satisfechas por dentro las hará proyectar belleza hacia fuera, y las convertirá en personas hermosas con las que cualquiera quisiera compartir la vida... mientras las más bellas, glamorosas y creídas, se entregan a su belleza inconscientes de cuán pronto se dispondrá a traicionarlas...
Ánimo feitas, el panorama es prometedor... ya pronto tendrán la sartén por el mango...
Las mujeres que en la actualidad son feas tienen dos grandes puntos a su favor en la batalla por ser bonitas y agraciadas, o por lo menos en cuanto a la posibilidad de tener igualdad de condiciones con las mujeres bonitas y sus aseguradas ventajas en el campo afectivo, social y laboral...
En primer lugar, la belleza es un concepto que también se define por la diferencia y por la sorpresa de la novedad. Es decir, si pocas mujeres tienen ciertas curvas, cierta altura, cierto color de ojos y cierta sonrisa, entonces los hombres quedamos medio idiotizados frente a ellas. Pero, en la medida en que más mujeres busquen y logren ser bellas dentro de los parámetros sociales, la belleza comenzará a estandarizarse, y eso nos va a terminar aburriendo...
Hoy día, cumplir con ser bella es cada vez más fácil pero más cruel y arriesgado. Gimnasios monstruosos; instructores personales; dietas; píldoras; fórmulas; lipoesculturas e implantes que se toman los mercados, y que dejan los estándares de belleza occidental al alcance de lo que ustedes niñas puedan tener en el bolsillo, y de la decisión que lleven en el ego, pues ahí está el cirujano plástico y, magia, problema solucionado... o por lo menos la promesa está vigente... y eso atrae a cientos de niñas a intentar librar la batalla por ser bellas y deseadas...
Así que, feitas (y ahí viene aquello de no hay mujeres feas sino bellezas extrañas; o mujeres no feas, sino mal arregladas; viene también decir que bellas según unos parámetros cerrados y absurdos que llevan a cientos de mujeres a la depresión, la bulimia, la anorexia y otros males, sólo por la soñada belleza dentro de los estándares. El punto es que no hay absoluta fealdad
1 comentario:
Buena reflexion, sin embargo, creo que toidos aspiramos a ideales de belleza mas o menos estandarizados, si hace 50 años era tweed, y hace 5 era la androginia, ahora ver modelos secas y nadadoras (nada por delante, nada pero detras), es solo cuestion de parametros, igual yo creo que todos nos acercamos tendencialmente a los paramentros, o no nos miramos al espejo cada mañana para ver que nuevo pliegue se esta formando y en que parte, la belleza es efimera, pero la intension de ser esteticamente bello es permanente, en cualquier tiempo y en cualquier lugar.
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