Cuando los párpados parecieran querer anclar la mirada al suelo; cuando la cabeza pareciera estar indigestada por ingerir más de la cuenta; cuando la espalda se hinca como guerrero abatido, y las manos parecieran tener la motricidad de un bebé de tres meses, entonces uno siente que algo, sutil pero claro, reza: ha sido suficiente, es hora de ir a dormir...
Y aunque creo haber llegado a ese momento, siento al mismo tiempo que tengo tantas tareas detrás de mí, como caballeros en rozagantes jamelgos tras el asesino del rey, que no puedo darme al hijo de Hipno y Nicte todavía...
Qué estúpido dilema alcanza entonces al núcleo de mi razón y se deja al vago ir y venir de mis dedos sobre las teclas del computador, siempre con el anhelo del éxito de la poderosa inconsciencia...
La tesis es el más grande de todos los fantasmas, presente día tras día en su inacabada forma, culpando mi falsa tranquilidad en el tiempo que tenía, que tengo, que se desvanece entre mis manos como pequeños granos de arena blanca, hechos polvo al instante de caer, invisibles entonces para todo ojo que no sea el del recuerdo...
Hay otros fantasmas menores como mi interminable cuento de terror, la poesía que quisiera hilar infinita (previa inspiración en manos de la más sublime de todas las mujeres), la apreciada y dispersa familia que no se puede dejar de ver, los paseos nunca realizados, el inglés... y una infinita lista de pendientes que hacen la vida llamarse vida y que le dan sentido a todo, pero que ven su interminable acontecer limitado por ese demonio que se llama cansancio y que no deja al espíritu llevar a cabo sus proyectos ambiciosos e inaplazables hasta un nuevo amanecer...
Con lo placentero que es dormir, ¿qué hedónico humano podría resistir la tentación?, ¿quién podría acaso huir al necesario y feliz descanso? A la preparación diaria para la muerte (... y que no se vea con malos ojos, si de su existencia es ejemplo el tan disfrutado sueño...); para el descanso eterno...
Creo que ya me estoy extendiendo innecesariamente y de forma necia, así que dejo este debate y cedo al sueño y a la conversación circunstancial que tengo con un nuevo integrante de la comunidad de los blogs; un rostro del que por ahora no hablo, porque igual para ustedes no tiene nombre, así que será en otra ocasión cuando tome el tiempo de describirlo con el suficiente cuidado como para que su identidad sea lo menos importante... tiempo al tiempo... adiós...
Pdata: Pido disculpas si hay alguien en este mundo que visite mi blog Los hilos de Moira, soy consciente del tiempo que ha pasado sin que le suba nada... eso se debe (o me excuso en que) ando trabajando en otros proyectos, la mayoría de ellos también de escritura, razón por la que he desviado mi atención al blog... de cualquier forma no desistan de visitarlo, que prometo hacer a un lado mis pequeños demonios (que deben ser demonios a falta de uno mayor) y escribir más bien pronto...
Y aunque creo haber llegado a ese momento, siento al mismo tiempo que tengo tantas tareas detrás de mí, como caballeros en rozagantes jamelgos tras el asesino del rey, que no puedo darme al hijo de Hipno y Nicte todavía...
Qué estúpido dilema alcanza entonces al núcleo de mi razón y se deja al vago ir y venir de mis dedos sobre las teclas del computador, siempre con el anhelo del éxito de la poderosa inconsciencia...
La tesis es el más grande de todos los fantasmas, presente día tras día en su inacabada forma, culpando mi falsa tranquilidad en el tiempo que tenía, que tengo, que se desvanece entre mis manos como pequeños granos de arena blanca, hechos polvo al instante de caer, invisibles entonces para todo ojo que no sea el del recuerdo...
Hay otros fantasmas menores como mi interminable cuento de terror, la poesía que quisiera hilar infinita (previa inspiración en manos de la más sublime de todas las mujeres), la apreciada y dispersa familia que no se puede dejar de ver, los paseos nunca realizados, el inglés... y una infinita lista de pendientes que hacen la vida llamarse vida y que le dan sentido a todo, pero que ven su interminable acontecer limitado por ese demonio que se llama cansancio y que no deja al espíritu llevar a cabo sus proyectos ambiciosos e inaplazables hasta un nuevo amanecer...
Con lo placentero que es dormir, ¿qué hedónico humano podría resistir la tentación?, ¿quién podría acaso huir al necesario y feliz descanso? A la preparación diaria para la muerte (... y que no se vea con malos ojos, si de su existencia es ejemplo el tan disfrutado sueño...); para el descanso eterno...
Creo que ya me estoy extendiendo innecesariamente y de forma necia, así que dejo este debate y cedo al sueño y a la conversación circunstancial que tengo con un nuevo integrante de la comunidad de los blogs; un rostro del que por ahora no hablo, porque igual para ustedes no tiene nombre, así que será en otra ocasión cuando tome el tiempo de describirlo con el suficiente cuidado como para que su identidad sea lo menos importante... tiempo al tiempo... adiós...
Pdata: Pido disculpas si hay alguien en este mundo que visite mi blog Los hilos de Moira, soy consciente del tiempo que ha pasado sin que le suba nada... eso se debe (o me excuso en que) ando trabajando en otros proyectos, la mayoría de ellos también de escritura, razón por la que he desviado mi atención al blog... de cualquier forma no desistan de visitarlo, que prometo hacer a un lado mis pequeños demonios (que deben ser demonios a falta de uno mayor) y escribir más bien pronto...
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